
Pero además las fiestas se han convertido en el enemigo de los animales que sufren por los fuertes estruendos, y si bien todos son sensibles a los ruidos fuertes, los perros y gatos son los más afectados debido a su delicado sistema auditivo, mucho más potente que el del ser humano. Por este motivo el estallido de los productos de pirotecnia puede provocarles estrés, nerviosismo, agitación, desorientación y un gran sufrimiento, y son la causa de que cada año cientos de animales escapen de sus hogares y mueran atropellados o se pierdan. Por eso recomiendan colocar a los perros un collar con los datos identificatorios de su dueño, durante los días de mayor riesgo.
Si los animales van a quedar solos en la casa aconsejan dejarlos en un ambiente sin superficies vidriadas, con las persianas bajas, con las puertas cerradas, con agua y alimento balanceado, con luz tenue y en lo posible con música a un volumen que disimule las explosiones. Se advierte también sobre el peligro de atarlos, lo que puede provocar un ahorcamiento. Los gatos son tal vez los que más sufren los efectos de la pirotecnia, con cambios en sus hábitos, en su conducta y en su alimentación.
En el caso de usar sedantes, consultar siempre con el veterinario, y si la mascota pasa las fiestas en una casa con sus dueños, durante los ruidos no sobrecargarla con mimos, abrazos y caricias y sí permitir al animal que se esconda dentro o debajo de algún mueble o lugar donde se sienta seguro, para evitarle mayores sufrimientos.
Celebrar y compartir en paz una reunión en familia, recordar el nacimiento de Jesús y recibir al Nuevo Año, obliga a tener siempre presente “que la educación debe enseñar, desde la infancia, a observar, comprender, respetar y amar a los animales.”
Colaboración: Julia McInerny
Fuentes:
http://www.conciencia-animal.cl/paginas/temas/temas.php?d=1342
http://www.revistacanina.com/notas_revista/489/Pirotecnia_y_animales,_un_tema_
recurrente.html