LOS TÚNELES FRANCISCANOS
Grupo Conservacionista de Fósiles:
En búsqueda del túnel
franciscano
Mucho
se ha hablado de la existencia de “túneles” en el casco histórico de San Pedro.
Como
ciudad originada alrededor de un convento de monjes franciscanos, el mito ha
estado siempre vigente. Pero nada realmente concreto ha sido puesto a la luz
pública.
Desde
el Grupo Conservacionista de Fósiles deseamos comunicar las acciones que hemos
realizado y la conclusión a la que hemos arribado, luego de 7 años de analizar
el tema.
Aparentemente,
el túnel (y no, “los túneles”) podría
ser una realidad…aunque aún no lo hemos logrado “tocar” físicamente.
RESUMEN
DE LO HECHO HASTA HOY
En
marzo de 2009, el Museo entabló
relación con un grupo de investigadores que poseían un georadar, equipo que por
medio de una señal enviada al subsuelo, grafica las diferencias de textura y
conformación en los sedimentos de un determinado lugar.
Ese
equipo se pasó por todo el casco histórico de la ciudad, sin resultados
demasiado alentadores. En la plazoleta Fray Cayetano, el aparato detectó una
pequeña anomalía que, en aquel momento y erróneamente, se la interpretó como un
posible hueco en el subsuelo.
En
abril de ese año, con autorización municipal, se zanjeó la plazoleta hasta una
profundidad de 9 metros, sin ningún
resultado.
La mala experiencia
desanimó al equipo del Museo...
Sin
embargo, unas semanas después, se volvió a intentar con el georadar una nueva
pasada. Pero esta vez la intención era pasarlo sobre un “túnel” conocido, como
lo son los desagües pluviales para
ver bien cómo lo graficaba el equipo.
La
medición se realizó en la esquina de calle Salta y Boulevard Paraná, ya que por
allí pasa un tramo de desagüe que baja hacia el río.
El
equipo marcó perfectamente bien la cavidad del desagüe, resaltándolo con una
clara y marcada curva hacia arriba, en la pantalla. Pero lo mejor estaba por
venir…
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PUNTOS DONDE SE DETECTARON HUECOS |
Mientras
continuábamos caminando en diagonal desde la esquina de Salta hacia el comienzo
de la plazoleta, para completar la visión del equipo sobre el desagüe, y a unos
5 o 6 metros de éste último, el aparato comenzó
a graficar otro “túnel” o cavidad
que ya no podía ser el pluvial por el que acabábamos de pasar.
Algo
de similar tamaño al desagüe había sido detectado en el subsuelo.
Esto
nos animó y acordamos que debíamos confirmarlo. Pero mientras nos preparábamos,
un ciclista que bajaba por Salta, hacia los clubes, se llevó puesto un hilo
medidor que estaba conectado al equipo, atravesando la calle. Esto derivó en
una discusión entre el ciclista y el investigador que trajo el equipo, el cual
se molestó, levantó todo y se fue de San Pedro…
De esta forma, nos
quedábamos sin poder confirmar la mejor pista que teníamos.
Mientras
tanto, en las semanas posteriores a estas tareas, y como resultado de haber
roto la plazoleta y haber salido en los medios locales la búsqueda del túnel, seis vecinos se acercaron para aportar
lo que sabían.
Todos
nos hablaron de una “puerta de hierro” en la barranca, en
el rincón de la plazoleta donde acabábamos de detectar “algo” parecido a un
túnel.
Y
todos sin saber que un equipo electrónico
había señalado un posible túnel en el mismo sector que ellos indicaban.
Paulino y Carlos Fasce son hermanos y recuerdan haber jugado
allí, de muy chicos, y haber visto una “antigua puerta de hierro” que
cerraba un hueco proveniente del interior de la barranca.
Lo
mismo recordaban Juan Torrens y Sara
Salardi, con la visión de la vieja puerta.
Por
su parte, Fernando “Ratón” Peralta, nos
contó en aquel momento (2009) que, como viejo camionero municipal, había
participado en el rellenado del gran hueco que quedó en el lugar cuando esa “boca” en la barranca un día colapsó. Confirmando
esto, aún hoy se pueden observar en el
lugar restos de escombros con los que fue rellenado aquel derrumbe y se nota
que ese relleno, al irse consolidando, se hundió un poco mostrando
perfectamente el punto donde estaba la boca que muchos recuerdan.
TESTIMONIOS FILMADOS
En
enero de este año (2017), se filmaron entrevistas con Carlos Fasce y con Horacio “Corcho” Domenicone, otro
vecino que recuerda vivamente la existencia de aquella puerta. Fasce nos llevó
hasta el punto exacto donde recuerda una cavidad entre las plantas,
coincidiendo con el antiguo punto de derrumbe, las dos señales de georadar y el
punto más cercano ente la barranca y Municipio.
Domenicone,
por su parte, recuerda una pequeña puerta de hierro, de chapón, pero con una
reja en su parte superior. Una puerta con
esas características, sería el diseño ideal si alguien deseara mantener la
ventilación de un espacio cerrado, como por ejemplo…un túnel.
Así
el tema, nos pusimos a analizar con mayor detenimiento ese punto en el
boulevard y observamos que el árbol que hoy está sobre el lugar, curiosamente, es
el de mayor desarrollo. Con un diámetro de tronco que duplica a todos los otros
de la plazoleta.
Cualquier
viverista o jardinero sabe que si plantamos un árbol en un terreno suelto, con
mezcla de tierra, escombros y arena, éste podrá extender más “cómodamente” sus
raíces y por lo tanto, podrá desarrollarse mejor y con mayor tamaño que otros
que estén plantados sobre tierra gredosa y compacta como la que tiene la cresta
de barranca.
Esto
es lo que sucedió con el árbol que plantaron sobre el relleno con el que
cubrieron el derrumbe de la boca en la barranca. Donde estaba la vieja puerta de hierro…
Convencidos
de que en ese sector desembocaba un posible “túnel”, intentamos todos estos
años de traer nuevamente algún equipo que corroborara los datos que ahora
teníamos. Por cuestiones económicas, nunca pudimos.
Hasta
hace poco…
En
2016
volvimos a contactarnos con gente que poseía un moderno detector con georadar
que posibilitaba hacer una nueva pasada por el lugar. Cabe destacar que los Sres. Wilson Céspedes y José Luis Rubio
García se ofrecieron a realizar la tarea sin el más mínimo costo para el
Museo.
De
esta forma, acordamos una fecha.
Los
días previos, en el Museo intentamos “pensar como franciscanos” y situarnos
en la época y en la geografía de aquel San Pedro de 1760.
Si
nos hubieran pedido excavar un túnel, el motivo seguramente habría sido de
escape.
Escapar
de malones, ataques de bandidos, rencillas políticas, etc.
Y
hacia dónde habría sido la mejor vía de escape? Sin dudas…hacia el río, donde
podríamos tener una embarcación que, por más pequeña que fuera, nos
permitiera alejarnos rápidamente de los agresores.
Pensar en escapar hacia el
campo hubiera sido un suicidio.
Entonces
tendríamos que ver cuál sería el punto
de la barranca más cercano al Convento para tener que cavar lo menos
posible para hacer el túnel que se nos había encargado.
Y ese punto es…la
intersección de Salta y Boulevard Paraná! Justo donde estaba la antigua puerta de hierro, donde sucedió
el derrumbe de una boca en la barranca y donde aún hoy se ven escombros de su
rellenado.
Desde
el Municipio (ex Convento) hasta allí, hay 122
metros. El tramo más corto a la barranca para cavar un túnel de escape que
partiera desde alguna de las dependencias del antiguo convento franciscano.
Los
días previos a la nueva pasada del equipo, conversamos con las familias
propietarias de las casas por donde pensábamos que debía pasar el supuesto
túnel de acuerdo a la línea que nos daba uniendo el Municipio con el punto
donde había estado la puerta de hierro. Fue así que molestamos al Padre Molfesa para obtener el permiso
de escaneo en el patio de la casa de las Hermanas
Canonesas; a la familia Re y a
la familia Luppi.
El
domingo 17 de julio de 2016, a las 6.30 hs., con un tremendo frío,
estábamos posicionados en la calle del boulevard pasando el equipo sobre el punto
en el que, años atrás, otro aparato similar había indicado una cavidad bajo el
pavimento.
En
pocos minutos, el georadar sonaba señalando que había detectado el mismo hueco
que su antecesor de 2009.
En
el mismo lugar, la misma señal, con dos equipos diferentes y a pocos metros del
derrumbe donde estuvo esa misteriosa puerta de hierro.
Con
gran entusiasmo entendimos que era crucial buscar la continuidad de la señal
hacia el Municipio. A las 7, el Padre Molfesa nos abrió la casa de las hermanas
y pasamos el aparato por el patio de atrás, donde debería continuar el supuesto
túnel.
Increíblemente,
la señal volvió a aparecer en una
línea que cortaba el patio en diagonal, hacia la Municipalidad.
Dejamos
ese lugar, ya muy entusiasmados, y fuimos a lo Ré, donde creíamos que
continuaba; pero luego de unas pasadas sin resultados comprendimos que
estábamos desviados. Si estaba, estaba del lado de la familia Luppi.
Muy
amablemente, la señora “Gogó” y su
esposo Néstor, nos abrieron y
atendieron en un gesto muy valorable por la confianza demostrada al equipo del
Museo.
Y
“Gogó” nos tenía una sorpresa…
Mientras
calibrábamos y poníamos en condiciones el aparato para comenzar, “Gogó” dijo “pasalo
por acá”, señalando un punto exacto en su patio de césped. Y allí el
equipo señaló nuevamente una cavidad alineada con los puntos de la barranca y
la casa de las religiosas.
Al
ver nuestras caras de sorpresa, nos explicó que su madre, siendo ella muy
chica, había visto el túnel durante un derrumbe que éste tuvo en su patio; habiendo
traído, incluso, empleados que bajaron y vieron la construcción subterránea.
Pero
para aumentar la sorpresa, volvió a indicarnos otro punto. Esta vez dentro de
su propia cochera, donde el georadar volvió
a sonar y señalar una cavidad.
Siempre
en la misma línea que las demás mediciones que veníamos teniendo…
Ya
con varias señales que arrancaban en un punto en la barranca y se repetían en
una misma línea en dirección a la Municipalidad, había que continuar hacia
allí.
En
los días previos el Intendente Salazar
nos había permitido, amablemente, acceder al jardín que da contra calle Perón,
lugar que creíamos clave.
Pero
antes de ingresar, pasamos el quipo por calle
Perón y sus veredas, en la franja por donde debía pasar la línea imaginaria
de mediciones que veníamos trayendo desde el boulevard.
Y
así fue que se repitieron las señales
en la vereda de Luppi y en un lateral de la calle.
Ya
adentro del jardín municipal, el georadar comenzó a sonar una, dos, tres y
cuatro veces, en la misma línea diagonal, perdiéndose la señal bajo el edificio
municipal…
De
esta forma, en un solo lugar, teníamos indicaciones, con una continuidad de unos 15 metros, de una supuesta cavidad en el
subsuelo.
El
30 de julio, con el interés del Municipio, se decidió realizar, en su jardín,
una serie de cuatro perforaciones testigo en un intento por dar con la supuesta
cavidad que allí marcaba el georadar. Pero a pesar del esfuerzo realizado por
la familia Bastía con su perforadora, la cual llegó a
testear hasta unos 8 metros de profundidad,
con una mecha de unos 12 cm de diámetro, no se pudo encontrar absolutamente
nada.
HASTA AQUÍ LAS COSAS:
1- Un equipo electrónico señaló en 2009
una cavidad bajo el pavimento del boulevard Paraná, casi esquina Salta.
2- Seis testigos recuerdan allí la
presencia de una antigua “puerta de hierro” en la barranca.
3- Un ex trabajador municipal recordaba
haber rellenado el mismo lugar cuando décadas atrás se derrumbó.
4- Aún hoy, las pistas de ese “derrumbe
rellenado” se conservan en la barranca.
5-Otro georadar, en 2016, detecta la misma
cavidad en el mismo punto que el usado en 2009.
6-Se obtienen con el nuevo georadar una
serie de 12 (doce) señales que
detectan una posible cavidad en una línea diagonal que cruza por debajo de tres
propiedades, desde el jardín municipal hasta la barranca.
7-Todos los testimonios, todas las señales
electrónicas y el derrumbe donde estaba la puerta, confluyen en el punto de la barranca más cercano al lugar donde
funcionaba el antiguo Convento Franciscano. Justamente hacia donde la
lógica indica que se debería haber excavado si se decidiera construir un túnel
de escape.
NUESTRAS CONCLUSIONES
Creemos
estar muy cerca de poder asegurar que hemos
encontrado evidencias concretas de un túnel que arrancaba en el predio
donde funcionó el viejo convento y finalizaba en una puerta de hierro ubicada
en la barranca.
Un
túnel de escape que fue construido hacia el río, la vía de salida más lógica en
una ciudad con la geografía de San Pedro y en un contexto histórico como el que
rodeaba al Convento por aquellos días.
Lo tenemos localizado
testimonial, histórica, lógica y electrónicamente.
Pero
no hemos logrado, aún, llegar a “tocarlo”
físicamente.
Sin
embargo, con todos los datos que se han obtenido desde el Museo, creemos que la
resolución de este tema comienza a entrar en su mejor momento.
Este
año trataremos de seguir ajustando detalles en el intento de lograr su
descubrimiento físico pero creemos que ya sabemos desde dónde, hacia dónde y su
longitud.
Todo
el conocimiento reunido hasta hoy sobre el tema, ha sido posible gracias a la
interacción con los vecinos de San Pedro por lo tanto, desde el Museo,
expresamos nuestro más sincero agradecimiento a todos ellos.
Esta
semana, este informe será elevado al Sr. Intendente Municipal, solicitándole el
apoyo del Municipio para intentar llegar a la definición de este tema.
Su
descubrimiento definitivo aportaría a San Pedro su más preciada construcción
histórica y un importantísimo atractivo cultural y turístico.
Para
nosotros, el túnel debería estar ahí donde los datos, los testimonios y la
tecnología señalan “algo” en el subsuelo.
Creemos estar muy cerca. Ahora
sólo falta tocarlo...
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