ROBERTO AYRALA
Hoy se cumplen 94 años
del nacimiento del Payador Sampedrino Roberto Ayrala.
Lo vamos a recordar con
este reportaje publicado en la revista
“Sucesos en treinta días” dirigida por el señor Sergio Sabino.
Roberto Ayrala nació en
Ramallo el 4 de octubre de 1922, falleció en San Pedro el 3 de abril de 1997.
Nací en ambiente rural,
en el partido de Ramallo en los campos
de Don Rafael Obligado, donde mi padre era puestero. No sé es por ahí que me
viene galopeando mi amor por todo lo criollo,
si fue por haber nacido en las tierras del inmortal escritor del Santos
Vega, en fin, mucho hay de coincidente al respecto. Aclarado el punto de mi
nacimiento ramallero, quiero decirles que de muy joven ya puedo decir que me
hice sampedrino por adopción. Me radiqué definitivamente aquí a los 20 años.
A fuera de parecer un
tanto rebuscado en mí definir, puedo decirles
en honor a la verdad que guitarra propio, propio puedo decir que nació conmigo.
Ya a los seis años mi
padre me dio una guitarra. Pero no cualquiera. No. Una guitarra de veras. Y fui
aprendiendo a tocarle y a quererla. Y junto con ello fui aprendiendo todo lo
que significa el sacrificado cometido del hombre de campo, de sus alegrías y sus desventuras y se fue
templando en mí parte del conocimiento que fue tan importante luego en mi
condición de payador, al haber mamado
en carne propia todo lo que hoy exalto
en mis improvisaciones y milongas.
Mis primeras letras las
hice en la escuela N° 12 de Ramallo.
Estaba a unos 7 u 8 kilómetros al norte de Gobernador Castro.
Allí hice hasta
tercer grado que era el tope que había
en aquel momento en el campo. Paralelo a mis estudios primarios fui cultivando
el dominio de la guitarra. Cuando me vine definitivamente a San Pedro me
dediqué a la poda y a estudiar un poco el uso metodológico del instrumento.
Juan Bas era músico entre músicos. Con él aprendí como aprendieron la mayoría de los músicos de
entonces. Enseñaba violín, guitarra,
bandoneón, en fin, todos los instrumentos de la época. Canté con conjuntos típicos en mis comienzos Luis
Ucero, Horacio Casey y de vez en cuando me hacía algunas escapaditas por ahí,
en giras organizadas por mí y con la compañía de mi guitarra. Así, haciendo
caminos conocí gente importante como Adolfo Berón, verdadera tradición de una
familia de cantores. Tratando de promocionar mi trabajo, como quien dice de
hacerse conocer, empecé en una audición de Radio Mitre: “Por las Rutas
Argentinas". Cosas estas que mechaban un poco con mi vuelta diaria a mi
San Pedro.
Roberto Ayrala y Rodolfo Laserna |
Como en la vida de la, gente hay rachas de todas las especies,
en una de esas en que había poco trabajo
afuera, que realmente se hacía difícil
salir, me dediqué de lleno a la didáctica de la guitarra. Yo ya tenía
algunos alumnos que recibían los conocimientos que yo tenía, pero por aquel entonces decidí hacer las cosas bien y
obtuve mi diploma de profesor de guitarra. Por entonces vivía en Rivadavia como
al dos mil y pico y luego en la callé
Tucumán. No obstante siempre que podía mi andar me hacía recorrer todos los caminos que más podía. Ser payador fue
algo que siempre estuvo latente en mí. Claro que por aquel entonces era un
improvisador.
Como cantor surero, en
el que siempre me destaque, tomaba contacto con la mayor parte de la gente que
andaba en el tema de las fiestas criollas, me acuerdo de don Sergio Geredús del
Fortín San Pedro, que conocía mis amores por la improvisación y la payada, me
pedía siempre en ruedas criollas que hiciese algo.
En 1966 por intermedio
de un amigo fui una fiesta grande que se hace en Coronel Dorrego. Conocí
entonces a un señor payador: Casquero.
De él guardo mucho de mi condición de payador. Comencé luego a ser de la partida en los festivales del Gran Buenos
Aires, en las peñas tradicionalistas y llegué entonces un día al " Lazo", peña de San Isidro con un poeta que vive
ahora en Dolores, Don Roberto Reparaz y
con Pancho Gandola, que lo recordarán
quizás por su milonga conocida "El Último Viaje”. Por aquel entonces actuaba allí y la cantaba
Rogelio Araya. Allí improvisamos. Muchas veces a media letra. Esto significa
que uno canta dos versos, por ejemplo y el segundo contesta con otros dos
siguiendo la rima. Algo así como si en
este momento te dijésemos:
Que tal amigo Sabino
que me hace esta grabación
y el otro agrega
Por su seria profesión
estos versos le destino.
Y así nos ejercitábamos y yo iba creciendo en
mis conocimientos, mis floreos y en la responsabilidad de meterse muy dentro en
una cosa que no sólo es cantar sino crear sin pasarse de la
línea, del respeto de la consideración y el buen tacto. En una de esas
del "Lazo" conocí a don Juan José García y luego de nuestra primera
payada allí me invitó para ir a “Amanecer Argentino”. Y ya empezamos, hicimos algunas improvisaciones en
la radio y fue surgiendo así esto de ser payador. Porque yo no me auto titulé,
la cosa se fue haciendo por el gusto de la gente que pedía cuando estábamos en
las fiestas que improvisáramos. Así se formó la yunta García-Ayrala que la supieron pedir mucho en las fiestas de las
jineteadas hasta el año 75 en que mi
compañero se fue.
Lamentablemente desde
ese entonces a la fecha casi se nos han ido como 10 payadores. El zurdo
Rico, Juan José García, Casquero Juan
Quiroga, Juan Carlos Lotto, Luis Colovini, Toto Mora, Bustamante, en fin, son
muchos de golpe. De los que aún están en actividad Aldo Crubelier, el discípulo
de García, Víctor di Santo, Jorge Alberto Socodato, Jorge Gauna y el
decano, digamos de los payadores
argentinos que es Cayetano Daglio, más conocido como PACHEQUITO que vive en Mar
del Plata y tiene 81 años. Hay además uruguayos como este que anda caminos
ahora conmigo José Curbelo, El Indio Bares, Los hnos. Lagos. Dije antes que yo no me auto titulé
Payador, Roberto Ayrala siente identificación con lo que hace. Por respeto no me pude
considerar tal. Yo quise transmitir a la gente por medio primero de milongas
sureras y después por medio de la improvisación lo que siente un pecho que se
siente gaucho e identificado con nuestras mas caras tradiciones. Ayrala es
payador porque la gente se lo pidió y porque se siente feliz y útil,
acrecentando el recuerdo de lo tradicional y amparado en lo que fue raíz de su
vida: el campo la vida rural, el canto y la Guitarra.
En esto de decir cosas
trato de estar siempre actualizado, payar significa muchas veces tener que
estudiar, leer mucho, cultivarse en aspectos que desconoce y que le van a ser
de golpe comunes por arbitrio de la
casualidad.
Figúrate que de acuerdo
al medio en que se actúa y público hay que conocer donde se pisa sino uno se
puede caer en la más ridícula de las
expresiones. Pienso seguir andando caminos, la payada es para mí un aliento
demasiado importante como para dejarla, pienso que hago lo que más sé que lo
hago modestamente bien y que además hago bien a los otros haciéndolo… creo que
esto es todo… que es lo más importante que le ha sucedido a Roberto Ayrala en
su vida de guitarrero y cantor:
Ya que el amigo SABINO me quiere hacer una nota.
De mi pensamiento brota este canto cristalino.
El payador sampedrino jamás se puede negar.
Y lo que pueda aportar con las pobres rimas mías.
Sucesos en treinta días me complazco en saludar.
Para todos los lectores donde esta revista llega.
Hoy tiene un poco de Vega y un rumor de payadores.
Son los viejos resplandores de un cantor
tradicional.
Primer periodismo
que por lejanas regiones.
Cantaba por los fogones esta causa nacional.
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