NUEVO FOSIL
Hallan un fémur fosilizado de Eutatus, armadillo que
habitó la región pampeana durante el Pleistoceno
Caminando junto a un sector de barrancas al
norte de la ciudad de San Pedro, Julio Simonini, integrante del Grupo
Conservacionista de Fósiles, observó un desmoronamiento del terreno del que
sobresalía una forma ósea muy diferente a los sedimentos que la rodeaban.
Al recuperarla, comprendió que la dura capa
de concreciones calcáreas ocultaba bastante material fosilizado que debía
limpiarse para lograr su identificación.
Realizadas las
tareas de acondicionamiento del fósil en el Museo Paleontológico de San Pedro
se pudo comprobar que se trataba del fémur
izquierdo de un extinto armadillo denominado Eutatus seguini.
Este género de mamíferos acorazados, de
aspecto bastante parecido al actual “Tatú
carreta”, caminó la región pampeana durante un lapso del tiempo geológico
comprendido entre el Plioceno tardío (algo más de 2.000.000 años) y comienzos
del Holoceno (unos 10.000 años).
Según estudios morfológicos realizados por
los investigadores Susana Bargo y Sergio Vizcaíno, ambos paleontólogos del Museo
de Ciencias Naturales de La Plata, este armadillo poseía una masa corporal que
rondaría los 55 kg., además de observar características en su dentición que lo
señalan como un animal predominantemente herbívoro.
Las dimensiones del cuerpo de estos animales
coinciden bastante con el diámetro de numerosas cuevas prehistóricas o
“paleocuevas” encontradas en ciertas oportunidades en los sectores de barrancas
que acompañan al río Paraná en toda nuestra zona. Esto permite inferir que los
hábitos cavadores de estos mamíferos, junto a otros géneros como Propraopus y Pampatherium, les habrían permitido construir varias de estas
galerías subterráneas.
Su cráneo alargado y su cuerpo bajo estaban
protegidos por duras placas que dificultaban el ataque de depredadores. Sus
patas eran cortas y sus manos eran fuertes, sólidas y provistas de largas y
poderosas garras.
Hallazgos arqueológicos de huesos calcinados
de estos animales en las sierras de Tandil prueban que los primeros pobladores
de la provincia de Buenos Aires llegaron a convivir con los últimos ejemplares
del género, utilizando la carne de Eutatus como un valioso recurso
alimenticio.
Junto al fósil de Eutatus se recuperaron pequeños fragmentos de animales como Lagostomus (vizcacha), Reithrodon y Lama (guanaco), señalando un clima mayormente semi árido para el
momento en que vivió este armadillo en
nuestra zona.
El fémur fosilizado hallado en San Pedro mide
14 cm de longitud y 5,5 cm de ancho, en sus valores máximos, señalando la
presencia en nuestra zona de un animal con miembros adaptados a la búsqueda de
alimentos y a la construcción de madrigueras en el subsuelo de la región.
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