FELIPE CONSTANTIN

 

DON FELIPE CONSTANTIN

PASO A UN MAESTRO

Con este título publicó un artículo la revista “Sucesos en treinta días”  de fecha

10 de setiembre de 1979

Si bien nos pidió disculpas por los años y los achaques, cuando empezó a citar fechas y nombres propios nos pareció, sino un prodigio de lucidez, al menos un claro ejemplo de buena memoria y ordenamiento mental.  En ningún momento Don Felipe Constantín, nacido el 8 de julio de 1893 consultó apunte alguno:   se limitó a darle forma a sus recuerdos y fue así que por momentos tuvimos la sensación de estar dialogando no con un honorable anciano de 86 años sino con alguien de nuestra propia generación.

Era, claro, la nota a un maestro.  Al decano de los maestros sampedrinos.  Al primer egresado de la Escuela Nor mal, cuando la Escuela Normal funcionaba donde actualmente existe una amplia pared tapia lada llena de dibujitos que intenta ocultar la evidencia del Conventillo de Ballerini frente a la Plaza Constitución. Don Felipe Constantín, maestro de principios de siglo y compañero de algunas figuras ejemplares cabría citar aquí, de una manera totalmente te arbitraria, a educadores de la talla de Georgina Carreras- dice como al pasar que podría hablar de los sistemas de enseñanza empleadas.

Como al pasar que podría hablar de los sistemas de enseñanza empleados en aquel entonces, pero que teme no ser fiel a la realidad. Para excluir ese riesgo nos cuenta un poco de su vida, no sin antes preguntarnos si lo creemos absolutamente necesario para nuestra nota, ya que, según él; "¡A quién puede importarle la vida de un viejo maestro jubilado!, “A nosotros nos importa, Don Felipe, y por eso fuimos a visitarlo a su casa de Pellegrini y Arnaldo, una soleada tarde de fines de agosto, para que Ud. nos dibuje, aunque más no sea el relato superficial de una época donde a nosotros no nos correspondía vivir.

 Y Don Felipe Constantín, luego de convidarnos con una copa de licor de menta, nos cuenta que si bien venía del Colegio Nacional de San Nicolás, donde en 1909 hizo el primer año, cuando empezó a funcionar la Escuela Normal de San Pedro reinició sus estudios en ella el  14 de abril de  1910,   para recibirse con la primera promoción de 1913- No nos dice,  pero nosotros lo sabemos,   que tenía las mejores calificaciones.   Fueron 15 egresa dos:   4 varones y 11 mujeres, y Don Felipe sospecha que ninguno de ellos se encuentra con vida, exceptuando lo a él.   La Escuela Normal comenzó funcionando donde se conoce como el conventillo de Ballerini  y después pasó donde está la escuela Nº 1º . Eran los comienzos, naturalmente, y era otro este San Pedro con calles de barro y hondas acequias junto a los veredones.

"Ingresé como Director de la Escuela N°8 de "La Estrella” el 15 de junio de 1916. Después, el 19 de mayo de 1920, pasé a la Escuela N°20, de "Villa Sarita”, también como Director.   Solía quedarme allí toda la semana, y viajar en sulky y después en auto (tuve un Ford T y un Rugby} porque los caminos eran sencillamente horrorosos lleno de lagunas y de pantanos entre los que se destacaba la “Laguna de la Cruz” que nos obligó más de una vez a dar la vuelta por El Tala, por lo menos cuando andábamos en auto. Tengo muy lindos recuerdos de la gente de campo, luego de haber si do 16 años maestro rural.  Entonces había más colonos que ahora el campo actualmente se encuentra muy despoblado y realmente no me explico cómo siguen funcionando las escuelas rurales.

Viajábamos los sábados a San Pedro, para permanecer nada más que un día en nuestra casa materna, donde ahora está la gente de El Imparcial".


"Por una cuestión que no viene al caso, pero donde algo tuvo que ver la política, me trasladaron siempre como Director a una Escuela de Carhue (Estación Laubucó) donde estuve hasta el' 25 de abril de 1931. De allí pasé a la Escuela N°9 de San Pedro, en el Paraje "Las Flores", haciéndome cargo el 4 de mayo de 1931.  El 9 de agosto de 1932 me hice cargo de la Dirección    de la Escuela N°6, ya en la ciudad de San Pedro, y el 31 de agosto de 1937 pasé a desempeñar me en igual cargo en la Escuela N°5 (actual Escuela N°l) donde me jubilé el 15 de mayo de 1942”.

Desde ese momento (26 años en total) no tuvo más actuación en el magisterio, si bien desempeñó otras tareas donde -el agregado es nuestro- se puso de manifiesto su capacidad intelectual, siendo Secretario del Consejo Deliberante hasta 1956.

Cuando hacemos hincapié en el hecho de que lo entrevistamos como Decano de los maestros sampedrinos Don Felipe nos aclara que hay una persona que,  si bien no vive en San Pedro tiene mayor antigüedad que él en esas funciones:   se trata de Doña Cleia Alejandrina Surín,  que hace cerca de 50 años que falta de San Pedro.

En la entrevista lo acompaña su esposa Doña Ofelia Mamberto, que también fue maestra y lo secundó en una parte de su itinerario rural.  A ella le pedimos que nos cuente alguna anécdota de Don Felipe, pero se limita a decir que la principal anécdota es el respeto que siempre le tuvieron los maestros y que está satisfecho de haber sido como fue. También le preguntamos por sus alumnos más destacados, pero Don Felipe prefiere omitir una respuesta concreta porque aclara "hubo muchos alumnos muy inteligentes y sería injusto mencionar a alguno olvidándome de otros". No obstante Doña Ofelia hace notar que "Teco" Alcorta, ex-Intendente de San Pedro, fue uno de los alumnos de Don Felipe.

Indudablemente, Don Felipe tiene sus motivos para estar satis fecho.  Fue un excelente maestro, un vecino respetado, y en su vida familiar tuvo tres hijos -Rodolfo, Jorge y María Ofelia- 8 nietos entre los cuales nosotros destacamos la presencia de Daniel (que ya es médico) y de Rolando (que se recibe este año) y nada menos que 6 biznietos varones en "solo" 58 años de casados. No sabemos si esta nota tiene el sentido que inicialmente quisimos darle; acaso se nos ha ya escapado un poco de las manos.  Porque pretendió ser el homenaje a un maestro en un mes que es el mes de todos los maestros.  Don Felipe Constantín fue uno de ellos, y estas palabras implican un saludo del periodismo que creemos representar hacia esos hombres que, en forma anónima, abnenegada y con una gran dosis de sacrificio, hicieron posible que esta tierra se poblara de seres para quienes la cultura y la educación ha dejado de ser un mito.  Gracias, Don Felipe, por sus 86 años, y por este San Pedro que Ud.   ayudó a construir.

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