NOCHE DE HALLOWEEN

Samhain, el Año Nuevo celta

   
    La palabra gaélica samhain significa etimológica mente el final del verano. En la Irlanda medieval, Samhain permaneció como la principal festividad, en la última noche de octubre. El fin de este mes evoca las importantes celebraciones con que los antiguos celtas, que se regían sólo por dos estaciones, despedían el final del verano, tiempo de las cosechas, y se preparaban para recibir al invierno que para ellos significaba el comienzo del Año Nuevo. En irlanda y en los demás pueblos celtas las barreras que separaban a los vivos de los muertos desaparecían en esa mágica noche de rituales y se creía que los espíritus de los ancestros venían en esa fecha a visitar sus antiguos hogares, aconsejando a los vivos sobre el futuro, pero ante el peligro de la presencia de algunos espíritus maléficos, encendían hogueras para ahuyentarlos. También dejaban comidas y dulces fuera de sus casas y encendían velas para ayudar a las almas a encontrar el camino hacia la luz y el descanso junto al dios Sol, en las Tierras del Verano.
    Con el auge del cristianismo, esta fiesta de los celtas continuó hasta que  las autoridades eclesiásticas instituyeron el día de Todos los Santos, pero a pesar de todo algunos de esos ritos celtas sobrevivieron. Su  traducción al inglés All Hallow ‘s  Eve  dio lugar a la expresión actual de Halloween y cuando a mediados del siglo XVIII los emigrantes irlandeses empezaron a llegar a América incorporaron su cultura, su folclore, sus tradiciones, entre ellas la noche de Samhain  que en la actualidad se ha convertido en la noche de Halloween y se hizo popular también en otros países occidentales. Despojada de su auténtico significado, se la percibe sólo como una moda importada de los estadounidenses, desvirtuando la esencia de esta antiquísima celebración que carece ya de sentido religioso y como tantas otras, forma parte de una sociedad y cultura consumista que poco tiene en común con los rituales de los druidas ni con los pueblos celtas que dominaron parte del oeste y centro de Europa durante el primer milenio antes de Cristo.
    La tradición irlandesa es muy hermosa y sería muy importante poder transmitirle a las nuevas generaciones el verdadero sentido de esta fiesta, estudiando la cultura celta en su plenitud, con tantas tradiciones a punto de desaparecer. Después de tantos siglos, con la mirada y el sentimiento puestos en el final de la temporada de cosecha que da comienzo al Año Nuevo celta, podemos recordar el genuino espíritu de esa primitiva y lejana noche que logró sobrevivir hasta hoy, deseando a todos un                               
                                             ¡Próspero y Feliz Samhain!

Colaboración: Julia McInerny


                                                                                                  

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