CLUB DADORES DE SANGRE

La práctica de la transfusión de sangre es un recurso médico que fue posible utilizar sin peligro luego de que el investigador Jansky determinara la existencia de cuatro grupos fundamentales sanguíneos y que el médico argentino Luis Agote halló la posibilidad de evitar la coagulación de la sangre por añadido de citrato de sodio.

Hoy nadie se puede negar a recibir sangre si fuera necesario para conservar la vida, siempre que haya alguien dispuesto a cederla. Sobre esa base es que se fueron creando en todas partes del mundo organismos especiales para disponer de tan valioso recurso.

En nuestra ciudad fue el Dr. Rodolfo J. Noceti quien en la reunión realizada en el Rotary Club local el 9 de diciembre de 1942, presentó la iniciativa de crear un club de Dadores de Sangre, iniciativa que fue aprobada de inmediato dando nacimiento al Club, designándose presidente al gestor Dr. Rodolfo J. Noceti, secretario al Dr. Gustavo F. Speroni, tesorero José Elías Esquerré, vocales Carlos F. Lanusse, Dorando Luchessi, María A. Salas de Capdevila, Alicia Casella y Pedro Suñer.

A iniciativa impulsada por el Rotary Club se efectuó un llamado a reunión pública a realizarse en la Biblioteca Popular el sábado 26 de septiembre a la que concurrió un numeroso público, que luego de conocer los detalles del proyectado Club, se puso a su disposición el libro de inscripciones al que se anotaron todos los concurrentes a la vez que se dio comienzo a una campaña de difusión a través de los periódicos locales y de ciudades vecinas.

Además de los integrantes de la comisión se anotaron Facundo Larrondo, Dr. León Kaiser, Dr. Jaime J. Grosvald, Roberto Médici, J. Morales, Sra. Zulema Moneta de Esquerré, Pedro Ferreyra, A. Vitale, Sra. de Noceti, Sra. Herminia Constantín de Meneghini, M. Constantín, A. Debock, A. Volpe, Dr. J. Solsona, J. Gomila, J. Marchi, Dr. Fernando Bloedorn, Roberto Gorostarzu, C. Betti, M. Vila, M. Porta Baulíes, M. Planas, R. Rotundo, entre otros que continúan en la lista.

Dos meses más tarde se inauguraron los servicios y en una sencilla ceremonia se inauguró la sede en el hospital local, acontecimiento del que se hicieron eco los periódicos locales y los diarios Noticias Gráficas, La Prensa y La Nación de la Capital Federal, que se ocuparon de destacar la importancia de la acción solidaria.

El periódico La Palabra, en un título a toda página expresaba: “Los sampedrinos, con una gran obra social-científica podemos señalar un ejemplo al país y a la vez enseñar que no todo se debe esperar de la gran urbe, de la gran Buenos Aires. La Palabra auspicia un movimiento con valiosas adhesiones”.

El Dr. Juan Carlos Pinto, digno discípulo del maestro de la medicina, Dr. Agote e inventor de aparatos modernos para la transfusión de la sangre, se hizo presente en el hospital de nuestra ciudad para inaugurar el 11 de marzo de 1944, el “Banco de Plasma y Sangre” del Club Donantes de Sangre creado por la institución solidaria antes mencionada.

El acto tuvo gran significación científico-social y así lo destacó el Dr. Pinto quién además señaló el hecho de ser San Pedro una de las primeras organizaciones del interior del país, destacando la importancia que tenía el periodismo en la difusión de tan importante obra.

Esto me recuerda que también San Pedro fue el iniciador de la aplicación de la vacuna antivariólica con el P. Feliciano Pueyredón en 1805, cuando aún no se había difundido su conocimiento en Buenos Aires.

Para finalizar digamos que al cumplirse el tercer aniversario del Club de Donantes de San Pedro, el diario La Nación informaba que se habían realizado más de 200 transfusiones, muchas de ellas fuera del hospital, utilizándose 57.770 centímetros cúbicos de sangre fresca y 5.180 de plasma elaborado por el club.

“Organizado con muy precarios medios –decía el diario– en solo tres años, la perseverancia de su fundador y del grupo entusiasta que lo secunda, el Club Donantes de Sangre ha logrado, merced a contribuciones particulares y a colectas públicas, adquirir los elementos necesarios para su perfecto funcionamiento, con lo que brinda a San Pedro y su zona de influencia los beneficios de su elevada misión”.

La obra del Dr. Abel R. Noceti padre, durante más de 30 años al frente del hospital local y la de su hijo Dr. Rodolfo J. Noceti con la obra que acabamos de relatar entendemos que merecen un gran reconocimiento del pueblo de San Pedro. Ese es un detalle que en su momento me ha permitido expresar que en los reconocimientos del pueblo, “no están todos los que son ni son todos los que están”

Por eso el Rotary Club local San Pedro ha querido distinguir a uno de sus fundadores, el Dr. Rodolfo Noceti, heredero de una estirpe que logró impulsar una obra de vasto beneficio para la población, que solo la conciencia de los necesitados comprende en su real valor.
 
Fuente: Historia Documental de San Pedro Américo Piccagli.

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