TIEMPOS DE EPIDEMIA

Doctor Emilio Ruffa

1895 – 8 de marzo – 2013


Al finalizar el verano de aquel año 1895 los pobladores de San Pedro, temerosos y conmovidos, eran testigos una vez más de las temibles consecuencias de otra de las epidemias de cólera que los azotaron sin piedad y sin distinción de edades ni clases sociales.

Los médicos de la época trataban de defender la salud de los vecinos, como lo habían hecho en anteriores circunstancias similares, con los escasos y precarios medios a su alcance. No existía el hospital y La Comisión Sanitaria había dispuesto en esos tiempos una improvisada casa de aislamiento en las afueras, en la popiedad de Camaño, antes de Salas. Pero muchos enfermos permanecían en sus hogares, ante el abatimiento de sus familiares, ya que todos sabían que esta gravísima enfermedad tenía por lo general un rápido desenlace mortal.


En su edición del domingo 17 de febrero de 1895, el periódico El Independiente manifestaba la preocupación reinante por los casos registrados y tanto el Dr. Ruffa como el médico de policía aconsejaban que se adoptaran todas las medidas higiénicas requeridas. Entre otras, hervir el agua, extremar la higiene en la preparación de los alimentos, evitar las aglomeraciones, desinfectar las casas donde se produjera un caso de cólera, y hasta fumigar a las personas que hubieran estado en contacto con enfermos.

También el periódico resaltaba la actuación de los médicos: “Durante los casos de cólera que se han producido, los doctores Ruffa y Castro se han multiplicado para atender a los enfermos y a su clientela y aconsejar las medidas precaucionales para evitar mayor desarrollo del mal. Se han hecho acreedores a un aplauso, que sinceramente les tributamos.”

Pero la abnegación demostrada por estos médicos tuvo un trágico final, ya que el doctor Emilio Ruffa se contagió y sintió los primeros síntomas de esa enfermedad a las dos de la mañana del 8 de marzo, falleciendo en su casa a las veinte horas del mismo día, a los 57 años de edad, ante la impotencia y el dolor de los colegas que intentaron salvar su vida.

Todo una población consternada lamentó su muerte y tomó conciencia de la exhortación contenida en el comentario del periódico: “Cada vecino, cada habitante, debe considerarse un agente, un guardián contra el enemigo común que nos ha invadido, implacable y exterminador de vidas preciosas.”

Han pasado 118 años y aún perduran en la memoria sampedrina el nombre y el ejemplo de este italiano nacido en Piamonte el 1° de febrero de 1838 que completó la carrera de medicina en su patria, en la universidad de Turín, para luego radicarse en la Argentina. Desde 1870 vivió en San Pedro, donde ejerció su profesión, formó su familia y se insertó profundamente en su vida social, impulsando su progreso hasta el final de su vida.

Colaboración: Julia McInerny

Fuentes:
Periódico El Independiente. Archivo. Números 147, 148, 149, 150.
Ruffa Pérez Rueda de Arias, Ada Silvia, bisnieta del Dr. Ruffa. Datos en poder de su familia.



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