DÍA DEL VETERINARIO
6 de agosto, Día
del veterinario argentino.
Ser Veterinario
Ser veterinario no es solamente cuidar a los animales. Es sobretodo amarlos, no fijándose solo en los patrones éticos de una ciencia médica.
Ser veterinario no es solamente cuidar a los animales. Es sobretodo amarlos, no fijándose solo en los patrones éticos de una ciencia médica.
Ser veterinario es conocer la inmortalidad de la naturaleza
y querer preservarla siempre más bella.
Ser veterinario es oír maullidos, mugidos, balidos,
relinchos, trinos, cacareos y ladridos, y principalmente, interpretarlos y
entenderlos. Es gustar de la tierra mojada, del campo, del monte, de los
espacios abiertos, de lunas y lluvias.
Ser veterinario es no importar si los animales piensan, pero sí, si sufren. Es dedicar parte de tu ser al arte de salvar sus vidas.
Ser veterinario es no importar si los animales piensan, pero sí, si sufren. Es dedicar parte de tu ser al arte de salvar sus vidas.
Ser veterinario es aproximarse a los instintos. Es
perder los miedos. Es ganar amigos de pelos y plumas, que jamás te van a
decepcionar.
Ser veterinario es detestar encierros y jaulas. Es
invertir un tiempo enorme apreciando rebaños, tropillas y vuelos de pájaros. Es
descubrirse permanentemente, a si mismo, a través de los animales.
Ser veterinario es ser capaz de entender meneos de
colas, arañazos cariñosos y mordiscos afectuosos.
Ser veterinario es ser capaz de entender ojos
tristes, orejas caídas, narices calientes, inquietudes o reposos anormales. Ser
veterinario es entender el lenguaje corporal de los animales, pedidos mudos de
ayuda, interpretar gestos y actitudes de dolor, y conocer la forma de
aliviarlos.
Es sentir olor de pelo mojado, de almohada con esencia de gato, de ovejas, de corral, de guano.
Es sentir olor de pelo mojado, de almohada con esencia de gato, de ovejas, de corral, de guano.
Ser veterinario es tener el coraje de penetrar en un
mundo diferente y ser igual. Es tener capacidad de comprender gratitudes mudas,
más sin duda alguna, las únicas verdaderas. Es oler el aliento de un cachorro
lactante y recordar su propia niñez.
Ser veterinario es convivir lado a lado con enseñanzas profundas sobre amor y vida.
Ser veterinario es participar diariamente del milagro de la vida. Es convivir con la muerte, saber que es definitiva, pero no siempre desagradable.
Ser veterinario es convivir lado a lado con enseñanzas profundas sobre amor y vida.
Ser veterinario es participar diariamente del milagro de la vida. Es convivir con la muerte, saber que es definitiva, pero no siempre desagradable.
Todos nosotros podemos estudiar veterinaria, pero no
todos seremos veterinarios.
Traducido, adaptado y modificado de
una publicación del Colegio Federal de Veterinarios de Brasil 1996, por Manuel
Godoy (Mendoza –Argentina).
Colaboración
Julia Mc.Inerny
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