ALFREDO EBELOT


Alfredo Ebelot, ingeniero, escritor y periodista,
un “francés acriollado” que vivió en San Pedro.

    La lectura de las antiguas crónicas de El Independiente permite rescatar interesantes aspectos de la vida pueblerina de San Pedro en los últimos años del siglo XIX. Surgen así personajes que integraron por un tiempo ese vecindario y que paralelamente ocuparon espacios en la historia, en el periodismo y en la literatura. Uno de ellos fue Alfredo Ebelot, ingeniero, periodista y escritor francés, que nació en Saint Saudens, Haute Savoie, en 1839 y realizó sus estudios profesionales en París.  Debido a sus ideas republicanas, contrarias al gobierno monárquico de su país, se desempeñó durante seis años como secretario de redacción de la Revue des Deux Mondes, publicación muy respetada por los círculos cultivados de Europa y América. En 1870, decidió probar suerte en la Argentina, donde la colectividad francesa era en esa época la tercera en importancia.

    Apenas llegado a Buenos Aires, Ebelot fundó un periódico de tono político, Le Républicain, con el propósito de defender los ideales republicanos. Terminada abruptamente esta publicación a causa de la epidemia de fiebre amarilla, el ingeniero francés buscó nuevos horizontes, contratado por el gobierno argentino para realizar estudios en la línea de la frontera. En 1876, durante la presidencia de Avellaneda, el entonces Ministro de Guerra Adolfo Alsina ideó y llevó a cabo un proyecto que consistía en un sistema de fosas y fortificaciones que estaba concebido para entorpecer el paso de las vacas. Se trataba de cortar las antiguas rastrilladas e impedir los arreos de ganado, robado por los malones a las estancias de cría y luego vendido en el centro clandestino de Valdivia,  en Chile. Esa zanja, según se proyectó, tendría 3 metros de ancho, 2 metros de profundidad (estas medidas variaban según la geografía del lugar) y en el terraplén que daba al Este debía levantarse un parapeto de 1 metro de altura sobre una base de 4,50 metros.

    Esta obra fue trazada y dirigida por el ingeniero Alfredo Ebelot, quien ha dejado valiosos testimonios sobre sus experiencias publicados en la Revue des Deux Mondes de París, entre los años 1876 y 1880. Las excavaciones estaban ideadas para cubrir 610  kilómetros, desde el norte de Bahía Blanca hasta la frontera sur de Córdoba, de los cuales se construyeron sólo 342  kilómetros, estableciendo una nueva frontera, llamada Zanja de Alsina o Zanja Nacional.
    Esta emprendimiento se complementaba con seis comandancias; se extendió hasta varias de ellas el telégrafo y fueron establecidos, bajo su dependencia, unos ochenta fortines con sus respectivos mangrullos, con unos diez hombres apostados en cada uno.



  
    El general Roca se oponía a ese proyecto y al convertirse en ministro de Guerra por la muerte de Alsina, utilizó toda su influencia y su energía en favor de la conquista del desierto, para expulsar a los aborígenes hasta más allá del río Negro. El ingeniero Alfredo Ebelot también participó de esta campaña, junto a los técnicos que trabajaban rápidamente en el trazado de mapas y el proyecto de fortificaciones ligeras. En 1877 se le encomendó el estudio de la navegación del río Colorado y en 1879 la demarcación del pueblo de “Nicolás Avellaneda” en Choele-Choel.

    Una vez concluida esta guerra, Ebelot retomó su vocación de periodista con artículos que escribía a diario sobre política europea y noticias locales en periódicos en francés y en español, idioma que dominaba a la perfección. Con Emile Daireaux fundó la publicación L’Union Francaise que desapareció en 1883, porque Daireaux volvió a Francia y Ebelot  viajó a Brasil contratado como ingeniero constructor del ferrocarril de Río Grande. También dirigió en La Plata los trabajos de excavación para la construcción del puerto. Colaboraba en Le Courrier de La Plata, y en 1886 se incorporó a la redacción de La Nación. En el conflicto entre civilización y barbarie, Ebelot contemplaba desde el humanismo el derecho del hombre blanco a dominar al nativo, pero aún así, aceptó el regalo recibido como parte del botín consistente en la entrega de una niña y un niño indígenas, a quienes les dio una buena educación y mucho afecto.
    Desde 1887 comenzaron a estudiarse proyectos para solucionar los problemas causados en Buenos Aires por los desbordes del Maldonado, entre los cuales se contó el que presentaron los ingenieros Alfredo Ebelot y Pablo Blot pero tras muchos debates en la legislatura porteña, el proyecto fue desechado.

    En 1889 retornó a la literatura y dejó sus recuerdos de la Argentina plasmados en su obra La Pampa, que contiene valiosos capítulos: Pulpería, El rastreador, El boleador, Velorio, El caballo, La galera, El reñidero, El mate, Carnaval, La pulpería, El recado y el caballo, además de una descripción geográfica e histórica de La Pampa y sus costumbres. “Es uno de los autores que más han aportado al conocimiento de la pampa y los gauchos”. También Ebelot escribió Adolfo  Alsina y La ocupación del desierto-Relatos de frontera. Estos relatos hacen de su libro un testimonio riquísimo para el que quiera recrear este pasado dramático y en su prólogo confiesa: " La existencia del desierto, la he sobrellevado. Le he cobrado cariño amoldándome a ella. Durante largos períodos, no sólo he vivido, sino que he pensado como un gaucho”.
 
     Ya radicado en San Pedro, en 1892 comienza a publicar con regularidad en la columna literaria de El Independiente el capítulo El mate de su libro La Pampa, y con fecha 20 de mayo de 1893 la firma de este escritor aparece en ese periódico al pie de una solicitada del Centro Popular integrando la comisión directiva de esa entidad, junto a las de Emilio Frers, Manuel O. Molina, Emilio Ruffa, Adolfo Castro y Vicente Basavilbaso, lo que evidencia que era en esa época un vecino considerado en el pueblo de San Pedro.  

    Así, el 17 de diciembre de 1893 el ingeniero Ebelot presenta un informe sobre el zanjón de la calle 11 de septiembre, cuya solución preocupaba seriamente a las autoridades de San Pedro, y el 31 de diciembre de ese mismo año se lee su firma entre las de un grupo de vecinos, al pie del telegrama de condolencia enviado con motivo de la muerte del Teniente General Emilio Mitre.
  
    El 26 de mayo de 1894 El Independiente despide a Alfredo Ebelot “a quien durante un largo período tuvimos el honor de contar entre nuestros convecinos”...”El señor Ebelot se ha hecho cargo de la dirección de Le Courrier de La Plata, donde con su brillante estilo y su fecunda idea, va a reemplazar dignamente al malogrado León Walls”.  Tiempo después se publica la venta de su propiedad en San Pedro, la chacra N° 72, lindera con los vecinos Luis Sabattié, Manuel O. Molina, Eppens y Homps.

    El 3 de mayo de 1896 El Independiente comunica la llegada de distinguidas visitas: “El señor Alfredo Ebelot, distinguido ingeniero y conocido periodista, y el notable pintor argentino Eduardo Sívori, acompañados de sus señoras. El señor Ebelot es un viejo y apreciado conocido de San Pedro, donde residió un tiempo”. El citado pintor Sívori fue quien ilustró algunos libros de Ebelot y venía atraído por los paisajes de San Pedro, donde deseaba comprar una casa.

    Luego de 38 años de permanencia en Argentina, Ebelot regresó definitivamente a Francia en 1908. Partió con su esposa y con la india, convertida en una joven mujer, a quien había educado cuidadosamente en la música y en su idioma francés.  Se instaló en Toulouse, donde fue nombrado consejero municipal, y continuó escribiendo para La Nación y Le Courrier de La Plata. Pasó a París, donde vivió algunos años, hasta que le diagnosticaron un severo cáncer. Volvió a Toulouse y allí falleció el 3 de enero de 1920.
Hasta su fallecimiento continuó enviando colaboraciones a La Nación como una forma de mantener el vínculo con el país donde había desarrollado la parte sustancial de su vida y donde conservaba amigos y lectores.” Según María Sáenz Quesada, la clásica obra de Ebelot muestra un pasado cuya voz recupera fuerza y sentido en la interpretación de este singular y refinado escritor francés entusiasta de los temas esenciales argentinos de la pampa y los gauchos”...En tiempos de crisis, es bueno regresar a los clásicos, y no solo a los grandes libros de la literatura universal sino también a aquellos más modestos quizá pero tan sólidos y amenos como los que escribió ese francés acriollado que fue Alfred Ebelot.
   
    El Independiente lo recuerda como “un buen amigo de la Argentina que ha estado radicado en esta ciudad durante algunos años”...”labró la tierra, sin olvidar por ello el cultivo de las letras”...”vino a establecerse en nuestras pampas, a las que tan bien supo describir y a las que amó como a su segunda patria”. Esas fueron las palabras de despedida para quien eligió vivir en tierras sampedrinas los momentos quizás más serenos de su tan agitada vida.
Colaboración:     Julia McInerny
                                                                                                      
Fuentes:
.  García, María del Carmen. “El francés de la zanja” Cuentos de criollos y gringos. Edit. Vinciguerra
.  La zanja de Alsina www.revisionistas.com.
.  Page Carlos, “El ingeniero. militar A. Ebelot y sus escritos” :
.  Periódico El Independiente, San Pedro. Archivo. Números 7, 86, 88, 109, 210.
.  Sáenz Quesada, María. “Alfred Ebelot, un francés acriollado”. La Nación, 11- 9 - 2001 
.  Sánchez Zinny, Fernando. “Las perdidas cicatrices de la Zanja de Alsina. La Nación, 13 - 3- 2010
Zanja de Alsina www.rivadavia.mun.gba.gov.ar  

Comentarios

ROSA IRMA CARLINI CARRANZA ha dicho que…
una semblanza muy completa sobre este ingeniero francés que supo amar nuestro territorio como propio. Muchas gracias
Jorge Romeo Gieco ha dicho que…
Muchas gracias por tan completo artículo sobre Alfredo Ebelot, acabo de saber sobre su existencia al realizar una breve reseña sobre la Zanja de Alsina.
Me entusiasma ahora conseguir uno de sus libros que veo ha sido reeditado por varias editoriales al paso del tiempo. Para mi suerte en condición de usado está muy accesible.
Sigo descubriendo la historia argentina y en verdad es tan rica y poco promovida mas allá de las aulas, que no dejo de sentir pena por ello.

Muchas gracias por la dedicación a su Blog y la calidad de lo que leemos.
Un cordial saludos desde Crespo, Entre Ríos.

Jorge

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