CARLOS GARDEL EN SAN PEDRO




A 84 años de la muerte del Zorzal Criollo una reseña de su paso por nuestra Ciudad

Son muchos los que saben que Carlos Gardel se presentó en nuestra ciudad, pero muchos más son los que ignoran que estuvo aquí en dos oportunidades.
Interrogando a la gente de mayor edad acerca de cómo vivieron dicho acontecimiento o de que manera se enteraron de él, sus res­puestas nos confirman de cómo se deforma la historia cuando la in­formación llega vía oral.
Pude escuchar así, siendo aún muy joven, contar que algunos lo vieron sentado en la baranda del Bar Butti cantando para todos aquellos que no pudieron presenciar su actuación. Pero he aquí que la realidad nos dice que el Butti en ese entonces no tenía la balaus­trada que hoy lo enmarca, por la simple razón que aún no se había instalado allí, estaba en la esquina de enfrente en el edificio de la familia Azcárate, como bar San Martín, donde muchos de los que no pudieron verle en el cine teatro La Palma, apoyaron seguramente "la ñata contra el vidrio", como dijera Discepolín para intentar ver al cantor cuya fama ya trascendía al mundo.
Américo Sussini en cambio, que también recibió la información de su padre, afirma en cambio que lo hizo en la esquina de enfrente donde nosotros sabemos que estaba el teatro Iris. Son las alteracio­nes que se dan cuando la información nos llega por vía oral.
Hugo Bernasoni por su parte, que vivió más de cerca dicho acon­tecimiento, nos dice que su hermano debió solucionarle un problema mecánico al auto que no arrancaba después de su actuación. Son sin duda detalles sin mucha importancia, pero detalles al fin, que nos ha­blan de la presencia de Gardel en 1933 en nuestra ciudad y la espec­tacular actuación en el cine teatro La Palma, tan colmado de público que debió abrir las puertas para ser escuchado por todos aquellos que no pudieron entrar, pero que nada nos dicen de su primera visita.
Ésta habría ocurrido cuando corría el año 1913, en que Gardel, a pesar de haber cambiado ya la s por la l, aún no era conocido como tal. Según el historiador Horacio Julio Spinetto, Gardel ese año ha­bía logrado conformar ya un cuarteto con José Razzano (el Oriental), Francisco (Pancho) Martino y Saúl Salinas. Con él lograron finalmen­te debutar en los carnavales de Zarate, de donde tuvieron que huir descolgándose por la ventana del hotel en que se alojaban, circuns­tancia ésta que la recordara el mismo Gardel jocosamente en su se­gunda gira por nuestra ciudad.
En aquella ocasión desde Zarate viajaron a San Pedro, donde se desvinculó Salinas, por lo que el conjunto pasó a llamarse "Terceto Nacional".
En esa primera oportunidad no actuó en ningún salón reconocido, sino que lo hizo como era costumbre en ese entonces en alguna de las casas públicas marginales, "casas de mal vivir" como solían decir nuestras abuelas y que como siempre se hallaban cerca del puerto. No debe olvidarse que el tango se instaló y difundió inicialmente en los prostíbulos de los suburbios.
Estando aquí se enfermó Pancho Martino, por lo que el conjunto quedó reducido a Gardel- Razzano, conformando un dúo que continuó su gira por San Nicolás, General Viamonte y algunos pueblos más, hasta retornar totalmente desmoralizados a Buenos Aires.
Ésta habría ocurrido cuando corría el año 1913, en que Gardel, a pesar de haber cambiado ya la s por la l, aún no era conocido como tal. Según el historiador Horacio Julio Spinetto, Gardel ese año ha­bía logrado conformar ya un cuarteto con José Razzano (el Oriental), Francisco (Pancho) Martino y Saúl Salinas. Con él lograron finalmente debutar en los carnavales de Zarate, de donde tuvieron que huir descolgándose por la ventana del hotel en que se alojaban, circunstancia ésta que la recordara el mismo Gardel jocosamente en su se­gunda gira por nuestra ciudad .
En aquella ocasión desde Zarate viajaron a San Pedro, donde se desvinculó Salinas, por lo que el conjunto pasó a llamarse "Terceto Nacional".
En esa primera oportunidad no actuó en ningún salón reconocido sino que lo hizo como era costumbre en ese entonces en alguna de las casas públicas marginales, "casas de mal vivir" como solían decir nuestras abuelas y que como siempre se hallaban cerca del puerto. No debe olvidarse que el tango se instaló y difundió inicialmente en los prostíbulos de los suburbios.
Estando aquí se enfermó Pancho Martino, por lo que el conjunto quedó reducido a Gardel- Razzano, conformando un dúo que continuó su gira por San Nicolás, General Viamonte y algunos pueblos más, hasta retornar totalmente desmoralizados a Buenos Aires.
Luego de distintos intentos y con el acompañamiento de Rober­to Firpo en piano, Eduardo Arólas en bandoneón y David Roccatagliata en violín, el dúo realizó varias presentaciones en la Capital, dando de ese modo forma defini­tiva al dúo Gardel - Razzano que comenzó a realizar nuevamente distintas giras por el interior y ex­terior, durante casi diez años.
Luego de reiteradas afonías, Razzano abandonó el dúo, ini­ciando Gardel su actuación como solista con el solo acompañamien­to de guitarras; aparecen así los nombres de Barbieri, Riverol, Vi­vas y Pettorossi que lo acompaña­ron en su actuación por Radio Nacional.
Hemos podido sí rescatar, gracias a la familia Falcioni y a la gentileza de Enrique Carreras, una copia de la fotografía obtenida en ta ocasión, donde aparecen junto al cantor, además de algunos sim­patizantes desconocidos y de izquierda a derecha, Pablo Falcioni, Barbieri (el guitarrista), Eduardo Muro, Carlos Gardel, Ireneo _Leguizamo y a su derecha Arturo Muro -un sampedrino amante y fanático del turf- que mantuvo una estrecha relación con Leguizamo, ya que éste, según los informes, corría sus caballos.
Puede apreciarse también sobre la mesa a cuyo alrededor se hallan las personas mencionadas botellas de buen vino y champán, con que el señor Muro homenajeó a los visitantes.

Fuente: Historia Documental de San Pedro de Américo Piccagli



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