Dr. RODOLFO NEWBERY

Un dentista norteamericano que ejerció en San Pedro

    Los vecinos de San Pedro habrán quedado gratamente sorprendidos al leer en las páginas de El Independiente del domingo 7 de octubre de 1900 que, según anuncios recibidos, “vendrá a la localidad el dentista norteamericano Sr. Rodolfo Newbery”...”Se instalará en el Hotel  Italo Platense del Sr. Semino y permanecerá aquí hasta el 23 del corriente.”  En su siguiente edición el periódico informaba que el conocido profesional se encontraba ya en esta localidad, pero alojado en el hotel La Palma, advirtiendo a quienes necesitaran de su ciencia que “pocas veces tendrán la oportunidad de ser atendidos por un cirujano-dentista de fama como el que nos ocupa.” Agregando además que “el Dr. Newbery tiene establecido un Instituto Dental en Buenos Aires, calle Rivadavia 614, el que está a cargo de sus hijos.”
    
    Ese dentista famoso según el periódico, poseía facetas de su personalidad tal vez desconocidas por los sampedrinos que acudían a su consultorio, y que El Independiente no menciona: su vida fue una novela de aventuras e infortunios. Según la historia el apellido Newbery se remonta al año 1500 y es de origen celta. Ralph Newbery Nació en New York  el 12 de febrero de 1848 en el hogar de sus padres, Rose, una dama aristocrática que se dedicaba a la pintura y Edward, reconocido médico homeópata. Desde muy joven manifestó su adhesión a quienes sufrían las consecuencias de la esclavitud. A los 13 años se incorporó como tambor en los ejércitos de Abraham Lincoln para luchar en la guerra de Secesión; fue prisionero y después buscador de oro en Alaska. Completó sus estudios de odontólogo en 1868 y en 1871 viajó hacia Sudamérica y llegó a  Montevideo, instalándose poco después en Buenos Aires con su consultorio en el centro porteño. En 1873 se casó con la argentina María Dolores Malagarie con la que tuvo doce hijos: Lola, Ana, Elvira, Ema y Elena, hijas mujeres dedicadas a tareas domésticas propias de la sociedad de la época, y siete varones, Luis que murió a los 11 años y sus otros seis hijos que lograron una profesión: Jorge fue Ingeniero Electricista y luego incorporado a la Armada Nacional, ascendiendo a Capitán de Fragata y considerado precursor de la Aeronáutica Nacional; Eduardo se recibió de dentista y se destacó como tripulante de veleros y como aeronauta; Rodolfo, mellizo de Dolores, fue cirujano dentista; Ernesto, Ingeniero Civil; Carlos, Ingeniero Agrónomo; y Juan, radicado en los Estados Unidos, lugar donde se graduó de médico y falleció.

    Según distintos relatos, el doctor Ralph o Rodolfo Newbery “comulgó con los ideales de libertad de Lincoln, entendió que la lucha de los pueblos fue, es y será por la conquista de la Libertad; así cuando fue padre, deslumbró hasta a sus propios doce hijos con sus inquietudes de aventura y originalidad en la manera de plantear su postura de vida frente a la vida misma.”.... “era distraído, soñador, desinteresado y generoso. Muchos se aprovecharon de su bondad, lo estafaron y engañaron. Su mente estaba llena de proyectos, a cuál más fantástico.”...”era un visionario, carecía en absoluto de sentido práctico, y amaba la aventura.” Una muestra de la índole generosa del doctor Newbery se registra en el aviso que el 14 de octubre de 1900 se publicó en El Independiente donde anunciaba que “el martes y miércoles se trabaja sin cobrar” – “El martes 16 y el miércoles 17 de esta mes desde las 7 hasta las 11 del día se sacan muelas y dientes sin dolor para toda persona que venga, gratis.” Hotel de La Palma “El Dr. Rodolfo Newbery pone dientes artificiales, desde un diente hasta una dentadura completa; orifica y emploma dientes y hace toda clase de operaciones en la boca sin ocasionar dolor.  (Dentistry Without Pain).
   
    En esos tiempos en que la odontología se afirmaba como una ciencia, el pueblo de San Pedro habrá considerado un privilegio ese inusual ofrecimiento. Sus descendientes relatan que el abuelo Ralph...“Era dentista del presidente, el general Roca, y siguiendo sus consejos, después de la Campaña del Desierto había comprado mucho campo.” Ralph o Rodolfo hacía viajes de vez en cuando. Dejaba a su socio en el consultorio y se iba a conocer sus tierras; fue un dentista itinerante con la valija del torno a pedal en las escalas en que atendió a pobladores cordilleranos, o en precarios hoteles patagónicos. Fue un viajero incansable del Sur Argentino.
    Cuenta su nieta que “para poblar sus tierras del Nahuel Huapi, entre el río Limay y el lago Traful; las 40 leguas de Lincoln, Buenos Aires, y los campos de San Luis, el abuelo Ralph contrató en los Estados Unidos a texanos para que lo ayudaran en su gran aventura. Todo fracasó. Los arreos de miles de animales jamás llegaban a destino. Los pobladores se quedaron con las tierras. Lo engañaban y le robaban, pues él jamás desconfiaba de nadie.” 
    En noviembre de 1900 anuncia El Independiente que el Dr. Rodolfo Newbery “tiene el honor de participar a sus clientes y al público en general que está en condiciones de poder cumplir con los numerosos llamados que de aquí le han hecho”...”para satisfacer los reiterados pedidos que ha recibido tiene la intención de visitar periódicamente, a intervalos discretos, este pueblo”...”volverá a la localidad el 11 de noviembre y permanecerá hasta el 15 solamente. El día 11 trabajará desde las 7 a.m. hasta las 11, gratis”.  A partir de esa fecha, en varios ejemplares comunica que “vendrá a la localidad periódicamente, avisando con anticipación el día de su llegada” sin que este aviso se haya cumplido por lo que se podría suponer que su ausencia fue definitiva en San Pedro,  pues su nieta relata que, perdidos ya gran parte de sus bienes, cede a su hermano George, también odontólogo, la estancia de Nahuel Huapi y  “Ralph, con su mujer en silla de ruedas y enferma, emprendió al comenzar el siglo su última aventura: buscar oro en Tierra del Fuego”  

    Al regresar de este fracasado intento, murió de una pulmonía en Río Grande al mediodía del 27 de abril de 1906 a los 58 años. Los padres salesianos lo enterraron en el pequeño cementerio de la Misión Salesiana de la Candelaria, junto al mar, sin que más tarde se pudiera identificar su tumba. La vida le ahorró así el dolor de ser testigo de la muerte de sus hijos Eduardo y Jorge, desaparecidos en 1908 y 1914 en sendos accidentes siempre recordados en la historia de la Fuerza Aérea argentina.
   
    Es así como el antiguo edificio del hotel La Palma guarda todavía en sus viejos muros el recuerdo de tantos personajes que pasaron por San Pedro, que allí se hospedaron y hasta ejercieron su profesión, como sucedió con el doctor Rodolfo Newbery, dejando huellas apenas perceptibles de singulares anécdotas que hoy pueden ser  evocadas.
Colaboración: Julia McInerny
San Pedro, octubre de 2010

Fuentes:


El Independiente, periódico: archivo. Números 441, 442, 446, 447 y 452.
http://www.antiguospobladores.org/1900.html 
http://www.antologiainmigrante.galeon.com/aficiones2134377.html 
http://www.eam.iua.edu.ar/hist_newbery.asp
http://www.fuerzaaerea.mil.ar/historia/sinopsis_historica.html 
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=211404 
http://www1.rionegro.com.ar/diario/2006/07/23/20067v23b11.php 
 http://www.villalaangostura.com/historiaspatagonicas/historiaspatagonicas.htm 

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