ESCUELA DE ARTES Y OFICIOS


En las fotografías pueden observarse: El dormitorio y el comedor y el edificio
En todos los tiempos la sociedad sampedrina ha contado con hombres que con su sensibilidad han hecho posible el nacimiento de alguna institución destinada a beneficiar sea a los ancianos, a los niños o, en el caso más reciente, a madres desprotegidas.

En la década de 1930 dos hijos de este pueblo, Francisco B. Recondo y Juan P. Recondo decidieron honrar la memoria de sus padres Juan Recondo y María Pagardoy donando a la provincia de Buenos Aires un edificio, para la creación de una Escuela de Artes y Oficios, destinada a instruir y capacitar a jóvenes huérfanos o sin recursos, para que pudieran en el futuro defenderse por sí solos por el conocimiento de un oficio.

Esta donación vino a cubrir así una necesidad teórico-práctica muy necesaria para los niños y aun los jóvenes, que los donantes supieron captar contribuyendo con su iniciativa no solo al fin propuesto sino que con ello contribuían al progreso de la ciudad y el país.

En oportunidad de la visita del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires Dr. Manuel A. Fresco a nuestra ciudad se dio cumplimiento al caro objetivo de los donantes que así lo solicitaron expresamente, para que en el frontispicio del edificio ostentara el nombre del prócer sampedrino Fray Cayetano Rodríguez, pero que lamentablemente por causas políticas que la razón de la gente no puede entender, hoy todo ha sido trastocado y el fundamento de los donantes no ha sido respetado, se ha alterado su voluntad por quienes no supieron de la grandeza de espíritu de aquellos dos sampedrinos.

Es la falta de respeto no solo a los donantes sino a quienes les acompañaron en tan grata iniciativa. Lo mismo ha ocurrido con la Capilla de San Patricio, cuyo donante John Harringthon, dejó expresamente definido cuál debía ser el destino de su donación. El día que aprendamos a respetar las voluntades trasmitidas a través de los testamentos o legados, ese día seguramente los herederos de esos legados daremos cumplimiento a su voluntad; hasta tanto ello no ocurra estaremos en deuda con ellos.

Fue bajo el impulso del senador provincial José Novau y del diputado provincial Santiago V. Garayo que se llevó adelante la donación efectuada habilitándose un edificio para niños provenientes de distintos lugares de la provincia para ser tratados, educados y tener un oficio que les permitiera defenderse una vez logrado la mayoría de edad.

En oportunidad de la inauguración de la Escuela de Artesanos de San Pedro, además del gobernador estuvieron presentes los representantes políticos mencionados los ministros Julio Noble y el Dr. Ameghino, el Director de Institutos Francisco Pontiroli como así también el Intendente Municipal Elio Quiroga, el comisario Hugo Sanguinetti, el Juez de Paz Juan Rotundo, el valuador Juan Surín y el párroco Sacarías Susa Brun que procedió a la bendición de las instalaciones.

El personal inicial estuvo integrado por: Higinio Rosón como Director, Dr. Ricardo Barrechea como médico, Santiago Guido Acevedo como administrador, Raúl Corti ecónomo, Lorenzo Zubiete cocinero, Juan Pedreyra ayudante de cocina, M. Serrano lavandera, Mariano Villacampa encuadernador, Muzzio y Medici docentes, Francisco Baca mimbrero, Juan Bello sastre y Julio Rosell, Francisco Otero y Raúl Agnese Gerpe celadores.

Inicialmente el establecimiento tuvo 50 alumnos, que en su mayoría tenían antecedentes delictivos y que la provincia enviaba para ser reeducados y a su vez aprendieran un oficio, de allí que para algunos fue una Escuela de Artes y Oficios. El paso del tiempo hizo olvidar el compromiso asumido por lo que oficialmente se solicitó el cambio de nombre para denominarlo “Hogar Sarmiento” para luego transformarlo en “Instituto Domingo F. Sarmiento”, una actitud que nada tiene que ver con el deseo de los donantes que pidieron llevara el nombre del prócer lugareño.

Así se empieza y se termina no respetando la voluntad de los donantes ni tampoco las leyes ni la misma Constitución.

Fuente: Historia Documental de San Pedro Américo Piccagli


Comentarios

Unknown ha dicho que…
Francisco Benito Recondo era mi abuelo y me enorgulleció saber a través de este blog de la donación de esta escuela de artes y oficios hace ya 90 años ya mas de 10 años de su publicación Así que muchas gracias Fernando. Me gustaría conocer la ubicación para ver si aun continúa cumpliendo su función. Tambien me parece muy bueno el reclamo por no cumplir el pedido de nombrarlo Fray Cayetano Rodriguez quien fuera diputado en el Congreso de Tucuman. No es que Sarmiento no merezca su homenaje pero no muchos saapedrinos estuvieron en Tucuman en tan importante momento de nuestra historia

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