LA PALABRA

Edificio,  Principios del siglo 20

Cuando el “loco” Arcuri tenía “La Palabra”.

Todo aquel que haya visitado alguna vez aquella redacción e imprenta de Oliveira Cézar 41 en la bonaerense localidad de San Pedro en los tiempos en que José Arcuri hacía “La Palabra”, tendrá de ello un recuerdo imborrable.

“La Palabra” era el periódico fundado en 1922 por Eduardo García Corti, que más tarde conduciría su heredero periodístico, el “loco Arcuri”. Así se lo conocía por su nada común opción por las ideas antes que las cosas materiales.

En esa vieja casona con olor a papel y tinta José Bechara Arcuri dirigía y construía de modo artesanal y apasionado ese medio que, de la mano del romanticismo y del idealismo casi utópico, transitaba ya en la década del setenta, tiempos de cambio resistiéndose a quebrarse ante el embate de la modernidad.

Con su espíritu noble y su entusiasmo por hacer de cada joven un manojo viviente de ideales, Arcuri acogía con presteza las colaboraciones, en verso o en prosa, de escritores noveles cuyos sueños fogoneaba, incentivándolos mediante la publicación de sus trabajos, por sencillos que estos fueren, y su palabra viva y entusiasta que invitaba a la libertad y a la creatividad individual y colectiva.

Era admirable la fluidez de sus palabras y la simultánea velocidad con que sus manos, ennegrecidas por la tinta, componían con tipos móviles los textos que sembrarían de ideas una próxima edición. Lo haría, hasta la década del setenta, en cuatro páginas de tamaño sábana, resultado de su múltiple labor como redactor, tipógrafo e impresor.

Argentino, descendiente de libaneses, José Bechara Arcuri fue caracterizado por Alejandro Maino como “inflexible, insobornable, asceta”, que “piensa, habla y escribe sin esguinces, a pecho descubierto” con un léxico que, en el fragor del debate de ideas, puede tornarse “recio y espinoso”.

“Su periódico es acicate de las actividades públicas”, ha sostenido también Maino, que lo describió “sensible al ámbito de su actuación y de sus predilecciones” y “ferviente demócrata, vigilante en perpetua guardia de su libertad y de las ajenas…”

Es por eso que el busto emplazado en el cantero de la avenida Tres de Febrero en su intersección con la calle Almafuerte en la ciudad de San Pedro es sin duda alguna un merecido homenaje. Nada más justo que rescatar para la ciudadanía y las nuevas generaciones la figura señera y ejemplar de este periodista de raza, oficio y corazón.
Colaboración: Jorge Eduardo Padula Perkins
Bibliografía y fuentes:
Arcuri, José B. (sin fecha): Libro Celeste, editorial diario La Palabra, San Pedro, Buenos Aires
Piccagli, Américo E. (1997): Historia documental de San Pedro, Rafael de Armas Editores, Buenos Aires.
Honorable Concejo Deliberante de San Pedro. En línea http://www.hcdsp.gov.ar/ [Consulta: 6 de septiembre 2009]
Enlace al video "El Quijote y La Palabra" de Pablo Banegas:
http://periodismodeayer.blogspot.com/2010/04/el-quijote-y-la-palabra-un-video-de_15.html

Comentarios

Jorge ha dicho que…
La publicación de mis humildes palabras en este blog de historia local sampedrina me elogia y me honra. Gracias señor Chiodini.

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