HISTORIA DE FRUSTRACIONES







¿Los sampedrinos? ¿Tenemos mala suerte o no sabemos aprovechar las oportunidades?

Hace cinco años, mayo de 2004, publicamos en el boletín del Centro de Estudios Históricos un artículo titulado: “¿TENDREMOS OTRO FESTEJO? y, en el mismo, nos referíamos al 25 de mayo de 1933 cuando amarró en el nuevo puerto de nuestra ciudad, construido por el Señor Eduardo Depietri, el primer buque llamado Themoni, con un porte de 7500 toneladas, de bandera griega.
Este comentario, implícitamente, estaba relacionado con el anuncio de una empresa privada sobre la construcción de un nuevo puerto de ultramar que, posteriormente, fue cambiado por otro proyecto y que, por distintas razones, tampoco se concretó,.
Por lo tanto, el 25 de mayo siguiente no pudimos festejar nada y, en el que se aproxima, creemos que tampoco.

El siguiente artículo salió publicado en la revista Caras y Caretas del año 1934.
“La comuna de San Pedro, velando por el progreso industrial de la zona, ofrece el mas amplio apoyo y facilidades generales, como también exime de todo impuesto creado o a crearse a las industrias que instalen sus fábricas o talleres en la Ciudad de San Pedro, lugar ideal por su puerto de ultramar, para importación y exportación por la ruta del río Paraná.
Mano de obra y viviendas baratas, comunicaciones con la Capital, Rosario y punto de partida hacia centros poblados como Arrecifes, Pergamino, Chacabuco, Junín. F.C.P., Zárate, Campana, Baradero. etc., próximamente tendrá camino afirmado: Puerto San Pedro-Salto-Chacabuco practicable con la carretera: Buenos Aires-Rosario-Córdoba. Buen servicio de trenes rápidos a Retiro y Rosario. Teléfono y telégrafos. Punto estratégico para industrializar lino, maíz y frutas. Montes frutales y gran región agraria.
Haga turismo y vacaciones económicas en San Pedro. Todas la comodidades. Veraneo en ríos y barrancas y en región sana rodeada de millones de árboles frutales y de reparos forestales”.

Han pasado muchos años de esa nota, por lo que se puede apreciar la política de facilidades para la instalación de fábricas y talleres no ha sido muy auspiciosa, la mano de obra barata sería a costa de los que menos tenían, igual que actualmente, las viviendas baratas han desaparecido del mercado inmobiliario, los trenes no los tenemos mas, tampoco el lino, de los “millones” de árboles frutales solo quedan muy pocos.
Respecto al turismo, desconozco si son vacaciones económicas, pero si que ha tenido un gran desarrollo.
Si se ha concretado el camino afirmado (ruta 191).

Respecto al puerto han pasado 76 años, poco a cambiado, el muelle numero dos esta destruido, el número uno y la galería de embarque se hicieron nuevos por que se derrumbaron las anteriores, el ferrocarril que llegaba a los muelles no esta mas, los galpones son los mismos y cabe recordar un párrafo de la noticia aparecida en el periódico “La Palabra”, dirigido por el Sr. Eduardo García Corti del mes de mayo de 1933 en referencia a la inauguración del puerto: “Recordemos finalmente a todos los que siempre pusimos el primer y fuerte empeño para que San Pedro “detuviera” con su muelle a los paquetes que deseábamos aquí, a la vera de nuestro querido pago nativo.” Lamentablemente los “paquetes” siguen sin detenerse, como lo pueden comprobar quienes visitan asiduamente el puerto y lo ven inactivo gran parte del año, con excepción de las areneras. Por suerte soplan buenos vientos para nuestro puerto, esperemos que el plan de obras proyectado sea una realidad.
En un ejemplar de la revista “San Pedro”, que dirigía el Señor Darío Saliva, del año 1942, salió publicado un artículo con el siguiente título: “INDUSTRIALISÉMONOS” que decía lo siguiente:
“ En diversos círculos locales se han reemplazado ya los antiguos tópicos del maíz, el lino, la fruta, el camote y la papa por conversaciones que giran alrededor de la hoy, para los sampedrinos palabra mágica; INDUSTRIAS.
Todas las opiniones convergen hacia un mismo punto: industrias. Todos recordamos unánimemente en que la tierra en sí ya ha hecho mucho por el progreso de nuestro San Pedro. También todos pensamos que ya debemos hacer algo para que San Pedro salga de ese pozo en el cual está desde que los productos bases de la tierra sampedrina, maíz y lino no tienen precio y carecen de compradores.
Pero nos preguntamos nosotros, los sampedrinos, ¿ hemos hecho algo para solucionar ese inconveniente?. Con sinceridad debemos de decir: No, no hemos hecho nada. Confiamos, eso sí, que otros lo hagan, ¿Quién?.
El intendente, el gobernador, el presidente; es la invariable respuesta pero nunca es aquella lógica: nosotros.
El sampedrino – salvo honrosas excepciones – no siente, no comprende o no quiere comprender el cooperativismo. No colabora con el vecino ni con nadie y en cuanto a eso debemos felicitar sinceramente a nuestros colegas “Propósitos de Bien Público” y “La Palabra” por sus magníficos editoriales intitulados “Hagamos algo por nosotros mismos” y “ Nos falta capacidad” respectivamente.
Sabemos que la radicación de industrias en San Pedro alejaría el fantasma del hambre de muchos hogares obreros.
Sabemos todos, la activas gestiones que viene realizando el señor intendente municipal para que la empresa textil Fitex, instale sus fábricas en nuestra ciudad. Todo parece ya un hecho. Ahora si, esperamos que cuando dicha industria requiera el servicio de los sampedrinos, estos no lo valoricen a precio de diamante, pues entonces podría derrumbarse toda la obra del señor intendente.
Decimos esto no por maldad, sino por que conocemos un caso en que un señor propietario valorizó en una cantidad exorbitante unos terrenos abandonados, en los cuales proyectaba instalarse hace algunos años una pequeña industria.
Industrias y mas industrias requiere San Pedro. Industrialicémonos todos y habremos brindado a nuestro pueblo, el mas grande de los empujones en pro de su progreso.”
La publicación de esta nota tiene por objeto un par de reflexiones, los sampedrinos tenemos muy mala suerte o no estamos a la altura de las circunstancias, un puerto que no pudo ser, una política de radicación de industrias que no tuvo éxito y por último el artículo de la revista San Pedro donde destaca la poca predisposición de los sampedrinos para que los emprendimientos lleguen a feliz término.

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