EL PERIODISMO EN SAN PEDRO (1)

LA PALABRA

“La Palabra” hace su aparición como un periódico independiente en 1922, siendo la sede de su administración Ayacucho 73 y su dirección la de otro importante periodista local, don Eduardo García Corti, que le imprimió desde el vamos, los lineamientos a esa publicación semanal que no abandonó en ningún momento, a pesar de haber perdido en sus últimos años la fuerza con la que luchó permanentemente;  murió, me atrevería a decir, por agotamiento igual que su último director José Arcuri Bechara pero sin claudicar de sus principios
Su guía fue establecida precisamente por principios tomados de otros personajes y colocada a priori en los ángulos superiores de la portada  como: “Con la verdad no  temo ni ofendo”  o  “Dios me puso en esta ciudad como un tábano sobre un caballo, para picarlo y tenerlo siempre despierto”, a los que en determinado momento utilizaron otro que decía: “No estamos con ningún gobierno, estamos con la mayoría, con el pueblo. Mientras  las multitudes tengan que sostener a los empleadores de su producción y de su progreso ideológico y material, reclamamos de los hombres de mando, justicia y verdad”.
Fue un firme defensor de la libertad de pensamiento y de principios liberales, hizo sentir su presencia en la opinión pública con un manejo independiente que culminó bajo la dirección de José Bechara que periodísticamente firmó como José Arcuri a partir de haber remplazado a García Corti, su maestro y guía.
Su nuevo director mantuvo la triple función de periodista, tipógrafo e impresor y conservó siempre firme su espíritu combativo y tal vez un tanto bohemio, que volcó en ese periódico “La Palabra”, que alguien llamó la “sábana sampedrina”.
Fue un defensor a ultranza de los principios que había prohijado como guía de su futura actividad de periodista, a punto tal de haber perdido el tren de la tecnología y haberse quedado embebido en sus propios conceptos filosóficos e históricos que le impidieron ver una realidad distinta.
Durante el gobierno de Juan D. Perón, fue perseguido, combatido y hasta encarcelado, precisamente por la defensa de aquellos principios netamente opuestos al programa estatizador de dicho gobierno.
Por las mismas razones el 22 de junio de 1976 luego de haber recibido amenazas, a las dos de la mañana le fue colocado un artefacto explosivo de regular magnitud en la puerta de entrada del edificio, provocando daños de cierta consideración.
Al respecto los periodistas de El Imparcial expresaron en su edición del día 25 de junio que “Mas allá de las diferencias ideológicas o conceptuales que pudieran separar al periodista de los autores del atentado, están los medios utilizados para hacer valer sus puntos de vista, que rechazamos con toda firmeza: no es con bombas ni con metralletas como vamos a construir el país que todos anhelamos, sino con la discusión amplia, apasionada pero respetuosa, de nuestras inquietudes. El terrorismo no es el medio idóneo para llegar a ninguna parte: quien no esté de acuerdo con las ideas expresadas por José B. Arcuri, que las discuta y las rechace pero con argumentos limpios, con las armas legítimas de toda sociedad civilizada, con el claro idioma que nos legó Cervantes”.
Cansado ya de luchar como un Quijote contra los fantasmas de la ignorancia e incomprensión de sus principios exageradamente liberales, en defensa del pueblo y de sus libertades públicas, el miércoles 28 de mayo de 1986 el pueblo de San Pedro recibía la infausta noticia de su fallecimiento a los 77 años de edad.
Hoy la ciudad de San Pedro lo recuerda con un busto ubicado en la intercesión de la avenida 3 de Febrero y  Rivadavia como un reconocimiento de su total entrega en esa lucha, que lo llevó a alentar toda obra de bien y criticar lo que a su criterio era injusto. 

Fuente: Historia Documental de San Pedro Américo Piccagli 

Comentarios

Pablo Banegas ha dicho que…
Veo con agrado que para el artículo "El periodismo en San Pedro (1)" se han utilizado imágenes del cortometraje "El quijote y la Palabra". Considero que ese corto y sus imágenes,a pesar de haberlo filmado yo, pertenecen al patrimonio de la ciudad. Pero dado que se consigna la firma del autor del artículo, no estaría de más, citar la fuente de las imágenes, por una cuestión de justicia a quién con quince años de edad, tuvo el acierto de realizar el único documento fílmico de Arcuri. Esperando una respuesta y agradeciendo la publicación de las imágenes: pabloabanegas@yahoo.com.ar

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