PEDRO SUÑER

Escultura de Pedro Suñer
Nadie puede ignorar hoy, por su trascendencia y por la generosidad de su obra, hecha a base de estudio, la investigación y la dedicación plena, durante su vida, volcada al arte de la pintura y de la plástica, que Pedro Suñer señaló a los jóvenes interesados el camino a recorrer.
Pedro Suñer nació el 7 de octubre de 1912 en Buenos Aires. Se recibió de Bachiller de Artes en Barcelona en 1929 en España, estudiando simultáneamente con el maestro Santiago Ruisiñol.

A su regreso a la Argentina desfiló por distintas ciudades del interior del país y también en Chile, ejerciendo la pintura y recibiendo importantes premios y distinciones. A su regreso a San Pedro organizó a través de la Asociación Cultural el Primer Salón Nacional de Pintura y Escultura y en especial fundó con un grupo de literatos, dibujantes y amantes del arte y la música la “Peña La Isoca”, una de las primeras de la Provincia de Buenos Aires.
A partir de 1947 comenzó a desempeñarse como profesor de dibujo en establecimientos de enseñanza secundaria, ello lo motiva para reiniciar sus estudios en la Escuela Superior de Bellas Artes de La Plata donde se recibe como profesor en Dibujo y Escultura, obteniendo en dicha ciudad distinciones diversas.

Su dedicación lo lleva exponer en el Salón Nacional de Santa Fe y Rosario cuyos antecedentes le valen el cargo de Regente de Extensión Universitaria en la Universidad de La Plata y la designación de Asesor de Artes Plásticas de la Comisión Nacional Ejecutiva del Sesquicentenario de la Revolución de Mayo.
Se desempeñó también como Secretario de la Muestra de Arte Moderno Internacional, viajando a Europa becado por el Fondo Nacional de las Artes. A su regreso, tal como se anticipara, fundó en 1973 la Galería de Arte Biguá, que luego fue transformada en Centro Cultural Biguá al contar con el auspicio de la Dirección Municipal de Turismo.
Pedro Suñer inició el camino de sus aspiraciones, cuando otros cultores de la pintura y de la música de este pueblo, como lo fueron Jorge Henman y Rafael Matas respectivamente, que actuaron a fines del siglo XIX y comienzos del siguiente, hacía poco tiempo que habían abandonado la posta.
Con anterioridad, en un nivel distinto pero igualmente de gran ambición, San Pedro tuvo otros personajes que se ocuparon de la formación intelectual de su población y de extender con su acción el desarrollo de la cultura, como lo hicieron Miguel Aulí, Gerardo F. Bozzano, la familia Amurrio en el teatro, o el clan familiar Palacios en la música, a cuyo impulso y estímulo surgieron sociedades corales y culturales.

El personaje de nuestra referencia, junto con un grupo de literatos, periodistas, pintores y músicos como J. C. Ricardo, Eduardo García Corti, Prelato, Orense Porta, Oscar Pando, J. J. Luppi, Vicente Perrone, Roberto Médice, Eduardo Farré y Roque Mórtola, pudo fundar la peña “La Isoca”, una de las primeras de la provincia de Buenos Aires.

Fruto de su tesón surgieron también la “Asociación Cultural” y el “Teatro al Aire Libre”, que confirmaron con su presencia la actividad cultural y educativa de Pedro Suñer.
Esa actividad cultural, realizada por Pedro Suñer es digna del mejor elogio, por su trayectoria y por sus iniciativas, como la última creación suya, la Galería de Arte y Pintura “Biguá”, con la que logró proyección nacional e internacional.
La galería Biguá se conoció en todo el país y fue elegida por los artistas que deseaban premiar y distinguir con su presencia a este sampedrino, que a pesar de sus años, tuvo hasta último momento quince años en un rincón de su corazón.
En esa galería tuvimos oportunidad de conocer, por ejemplo, que la primera exposición del interior del país se realizó en nuestra ciudad, impulsada por la Asociación que dirigiera “Perico” –tal como lo llamaban cariñosamente quienes lo conocían– y contó con la presencia de la pintora Soto y Calvo y que ya desde 1933 la cultura sampedrina tenía su sede propia en la casa del señor Azcárate, donde supo estar el comercio del señor Rotundo, hoy ocupado por Pardo Hogar.
La “Galería de Arte Biguá”, transformada en “Centro Cultural Biguá”, además de la actividad plástica, difundió múltiples actividades del quehacer artístico como poesía, música, danza, teatro, recitales y conferencias, realizando una importante muestra de escultura que contó con la presencia de importantes y destacados artistas, animado por la pretensión de rescatar para su lugar natal la figura del arte mundial, Alicia Penalba, cuyo nombre impuso a una de las salas.
Esta corazonada de Pedro Suñer se dio casualmente unos meses antes de que se conociera la noticia de que fallecía en París (Francia) víctima de un fatal accidente automovilístico, la escultora sampedrina Alicia Pérez Penalba, poniendo fin así a una notable trayectoria artística, tema que desarrollamos ya anteriormente.
No podemos dejar de mencionar otro sueño de juventud de “Perico y sus amigos”, su proyecto de un anfiteatro sobre las barrancas. No hay sampedrino o visitante que recorriendo y admirando las hermosas barrancas que limitan la ciudad, no vincule el lugar natural ubicado entre las calle Mitre y Pellegrini, a un eventual proyecto que si bien quienes lo visitan lo desconocen, ya tiene por nombre “Anfiteatro Pedro Suñer”.

Cada vez que lo veo lo recuerdo y en estas circunstancias pienso por qué no podría ser la obra conmemorativa del Centenario de la declaración de nuestro pueblo como ciudad, marcando así el progreso cultural y artístico de nuestra urbe.
Pedro Suñer murió sin haber podido concretar su ilusionado proyecto de Museo de Escultura al Aire Libre, ni tampoco su aspiración de un teatro al aire libre sobre las barrancas donde comienza la calle Mitre.

Fuente: Historia Documental de San Pedro, tomo IV de Americo Piccagli

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